Nicolás II, su mujer, su hijo, sus cuatro hijas, el médico de la familia
imperial, un criado persona, la camarera de la emperatriz y el cocinero de la
familia fueron ejecutados
en el sótano de la casa por los bolcheviques en la madrugada del 16 al 17 de
julio de 1918. Este
acto fue ordenando por Lenin y por el líder bolchevique Yákov Sverdlov.
Posteriormente, Nicolás II, su mujer y sus hijos fueron canonizados como
mártires por grupos relacionados con la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exilio.
Su reinado acabó con la Revolución rusa, cuando,
intentando volver del cuartel general a la capital, su tren fue detenido en
Pskov y fue obligado a abdicar. A partir de entonces, el zar y su familia fueron apresados,
primero en el Palacio de Alejandro, en Tsárskoye Seló, después en la casa del
gobernador de Tobolsk y finalmente en la Casa Ipatiev, en Ekaterimburgo.
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